El informe estadístico resalta que se registran alrededor de 50 armas de fuego por mes, solo a través del Repar y que un alto porcentaje de los tenedores de armas tienen entre 40 y 60 años. El Registro Provincial de Armas (Repar), informó esta semana que por año unos 600 entrerrianos registran a su nombre armas de fuego; en su mayoría argumentan que serán utilizadas para caza deportiva, aunque tanto autoridades como entidades opuestas a la tenencia de armas en el ámbito civil consideran que se tienen como respuesta a la sensación de inseguridad reinante y la posibilidad de utilizarla en ocasión de ser víctima de un ilícito (intento de robo, de secuestro o amenaza).
Se recuerda que desde los 21 años se puede tener un revólver, pistola o escopeta en forma legal. Las personas suelen inscribir revólveres de bajo calibre, 22 o 32, y escopetas 16 o 20. Más del 90% argumentó que lo utilizará para caza o tiro deportivo. En 2011, un alto porcentaje de las personas que registraron un arma eran de Paraná, Colón y Concordia. En declaraciones periodísticas, el subcomisario Héctor Peralta, funcionario de Repar, destacó: “Desalentamos que una persona se arme para seguridad, para eso está la Policía”.
Plan nacional de desarme
El Gobierno Nacional puso en marcha en 2007 el “Programa Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego” a través de la Ley Nº26.216, con el fin de reducir el circulante de armas en manos de civiles. El plan de alcance nacional promueve la entrega voluntaria y anónima de armas para su destrucción a cambio de un incentivo económico, que varía entre 200 y 600 pesos. El gobierno nacional considera que el programa es parte de una política integral de control y prevención de la violencia armada, que incluye medidas de control del mercado legal y medidas de persecución del mercado ilegal de las armas de fuego.
Desde que se puso en marcha, la información oficial destaca que el programa logró sacar de circulación hasta 2011, 107.761 armas de fuego y 774.679 municiones en todo el país.
Índices de violencia
Para justificar el plan de desarme, desde el Estado se argumenta que “la proliferación de armas en manos de civiles tiene como consecuencia un aumento del número de muertos por accidentes, suicidios y/o homicidios. También incrementa el riesgo de morir o resultar herido en una situación de delito, o bien, que las situaciones de conflictos interpersonales sean resueltas de manera violenta”.
Y se destacan los resultados de un informe sobre Base de Muertes por Armas de Fuego, del año 2008:
• El 64% de los homicidios dolosos en Argentina no se da en ocasión de robo ni delito;
• En el 54% de los homicidios se utiliza un arma de fuego;
• El 27,2% de los homicidios, accidentes o suicidios ocasionados con armas de fuego ocurren en la vivienda.
• En Argentina, entre 1997 y 2007 han muerto 9 personas por día (36.374 muertos), de las cuales el 39% representan muertes por violencia familiar, discusiones o peleas, el 28,8% representan suicidios y el 25% son muertes en ocasión de delito. Es decir, solamente 1 de cada 4 hechos ha sido una muerte producida en ocasión de un delito, siendo en cambio, la mayoría, muertes autoinflingidas o producto de relaciones interpersonales violentas.
La información completa y condiciones de entrega de armas se pueden ver en la página web www.desarmevoluntario.gov.ar.
Contra el plan nacional de desarme se alza institucionalmente la Asociación de Legítimos Usuarios y Tenedores de Armas de la República Argentina (ALUTARA). La entidad, similar a la famosa Asociación Nacional del Rifle de Estados Unidos, sostiene desde su página web el derecho a disfrutar “legalmente de tus armas”.
En su página web (www.alutara.org.ar), ALUTARA sostiene: “¿Sabías que es mentira que tener un arma aumenta las posibilidades de salir herido o muerto de un robo? La realidad indica que es mucho más probable que alguien sobreviva a un asalto violento si se defiende con un arma. Según cifras de un estudio de la British Home Office (una organización desarmista británica), en casos de robo: De cada 100 personas que resistieron con un arma, sólo 6 fueron heridas. De cada 100 personas que no opusieron resistencia, 25 fueron heridas. De cada 100 personas que resistieron con un arma blanca, 40 fueron heridas. De cada 100 personas que opusieron resistencia no violenta, 45 fueron heridas.
Otro de los mitos del desarmismo indica que solamente las fuerzas de seguridad estatales deberían tener armas. Sin embargo, un estudio realizado en los Estados Unidos (Rossi, Wright. Armed & Dangerous: a survey of felons and their firearms. 1986), en el cual se entrevistó a criminales, demostró que ‘...la mayoría de los criminales están mas preocupados por toparse con una víctima armada que por tropezar con la policía’.”
Vidaer en contra
La titular de la Asociación de Víctimas de Delitos Aberrantes de Entre Ríos (Vidaer), titular Carla Cusimano, se refirió negativamente al fenómeno de los argentinos armados y atrincherados detrás de su sensación de inseguridad. “Si tener un arma es por seguridad personal es muy preocupante. Está mal, porque todos sabemos el peligro que implica tener un arma para seguridad personal; no podemos asegurar hasta qué punto un arma da seguridad o termina originando una situación en la que te pueden matar si exhibís una frente a una situación delictiva”. Y agregó: “Si la gente necesita armarse para sentirse segura quiere decir que la política de seguridad está fallando”.
Un caso que conmociona
La discusión sobre si es positivo o negativo que circulen tantas armas de fuego entre la sociedad, se disparó nuevamente a raíz del Caso Molaro. El joven cerritense Adrián Molaro, intensamente buscado aún por la policía al cierre de nuestra edición, que mató de un disparo a Alexis Céparo.
Molaro era legítimo usuario de armas, ya que el Registro Nacional de Armas (Renar, del que depende a nivel provincial el Repar) lo habilitó a tener un revólver Magnun 44, que tenía permanentemente a mano y utilizó para ultimar a Céparo.
El alto grado de violencia en la sociedad, especialmente a nivel familiar y entre vecinos, muchas veces se resuelve a los tiros con armas declaradas o no. Y lo que comenzó con una discusión termina en una muerte, familias destruidas por el incidente trágico, además de una Justicia profesionalmente fría que interviene en todos los recovecos de la intimidad de las personas involucradas, víctimas, victimarios, familiares y allegados. Y todo transmitido por la televisión en primer plano zamarreando el caso con más interés en el rating que en el drama humano en desarrollo, informó Paralelo 32.
Fuente: analisisdigital.com.ar
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