Dakar 2012: San Juan, alucinación por la dupla Sisterna

El martes la tercera generación de automovilistas de la familia Sisterna hizo que el autódromo El Zonda vibrara con los locales más esperados. Ovación generalizada fue la reacción que causaron Lino y Juan Pablo, quienes juraron amar a San Juan y realizar un buen desempeño durante el Dakar 2012 que ya cumplió con la tercera etapa de la competencia más famosa del mundo. Mirá el video.





Gritos ensordecedores, abrazos que saltaban las vallas y hasta lágrimas por el arribo de la dupla Sisterna, a bordo de la unidad Fast & Speed, prototipo Buggy Evo III, fue la noticia del día en el tercer día del rally más importante del globo cuando tocó la tierra gobernada por José Luis Gioja.

El suceso, que le crispó la piel a más de uno inició a las 16.20, cuando el potente vehículo arribó a la entrada del autódromo El Zonda, curiosamente cerrado por refacciones, aunque habilitado para la tercera etapa de el Dakar 2012 que inició en Mar del Plata, y que cumplió con su paso por La Pampa y Mendoza.

Una fanática logró arrancarle un beso a Pablo Sisterna, quien no logró alejarse del público por varios minutos.

Fue entonces que la máquina, a diferencia del resto de los vehículos competidores, paró su marcha a centímetros del eufórico público que ansiosamente esperaba estallar al grito de “San Juan, San Juan” y “Lino, Lino”, y los efectivos de la Gendarmería Nacional Argentina y de los organizadores franceses oficiaron de personal de apoyo para el sinigual festejo que se extendió por varios minutos mientras entraban motos, autos, camionetas y camiones al autódromo donde la temperatura por momentos rozó los 50 grados sobre cero.

Y la temperatura fue más alta aún cuando el piloto y el copiloto de la familia Sisterna –padre e hijo- bajaron de la nave manchada sudor y arena y con ella, siempre seguidos por un ejército de periodistas, blandieron una improvisada bandera que rezaba: “Amo San Juan”.

En ese momento niños, mujeres y varones, estallaron de júbilo y no hubo más calor abrasador, sólo amor por la tierra que los vio nacer orgullo por la gesta cumplida en lo que consideraron un sueño compartido.

De uno y otro lado se oían gritos, de llamados por un beso y por una foto que ahora será un trofeo en manos ajenas y propias que juraron ser felices por un instante casi eterno.

En un rincón del vallado alguien gritó, “aquí está el abuelo, la primera generación de automovilistas” que hoy se completa con la segunda y la tercera que ya representan profesionalmente Lino y Juan Pablo, el padre y el hijo, quienes no querían abandonar el festejo para cumplir con la formalidad de finalizar ante los organizadores la tercera y calurosa etapa del Dakar en Argentina, Chile y Perú.

Dentro del autódromo los esperaba el gobernador Gioja, quien adelantándose al ovacionado arribo ingresó al autódromo entre la montaña de piedra con una delegación de familiares y funcionarios a bordo de tres unidades rodantes, alegres y expectantes por el desempeño de los Sisterna.

Ahora resta esperar la continuación de lo que ya se considera una epopeya y un hecho histórico más para la tierra de Cantón.

Ahora resta confirmar que el ánimo acompañará a la familia del que todos juraron formar parte, en el Dakar 2012, “con el mejor de los ánimos” y “con la máquina a punto, que se portó diez puntos”, como afirmaron ante los reporteros.

Fuente: mdzol.com
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